Ezprogui es un municipio de 51 habitantes formado por el Concejo de Ayesa, el lugar habitado de Moriones y el despoblado de Ezprogui. Además, incluye en su término el antiguo valle de La Bizkaia, propiedad del Gobierno de Navarra bajo el nombre de Finca Sabaiza. Siete pueblos componían antaño este valle: Gardalain, Loya, Arteta, Julio, Guetadar, Usunbeltz, Irangoiti y Sabaiza; además de Usaregui, cuya localización se desconoce.
Entre los años cuarenta y sesenta, La Bizkaia sufrió un proceso de despoblación y pasó a formar parte del patrimonio forestal del Gobierno de Navarra. En el valle se plantó un monocultivo de pino para suministrar de materia prima a la industria papelera y controlar las aguas en previsión de la construcción de un pantano que nunca llegó a término. La Bizkaia siempre fue un valle pobre y aislado. Lo accidentado del terreno hacía difícil la producción agrícola y las comunicaciones con el exterior. El hecho de que sus vecinas no tuvieran derechos de propiedad sobre las tierras que habitaban y trabajaban, facilitó la compra de los terrenos por parte de la Diputación Foral.
Hoy, La Bizkaia es una finca forestal que acoge un programa piloto de experimentación silvopastoril dirigido a la prevención de incendios en el monte mediterráneo. La plantación de pino, su densidad y extensión, ha dejado tras de sí un paisaje antrópico e irreconocible. Por él se mueven 270 jacas en estado de semilibertad. Una granja experimental con base en Sabaiza se encarga del mantenimiento y mejora genética de esta raza de caballos en peligro de extinción a cambio de su manejo y explotación cárnica. En Gardalain, un grupo de jóvenes está reconstruyendo y dando vida de nuevo al pueblo y al valle; mientras en Guetadar se celebran campamentos de verano en la antigua casa parroquial, hoy refugio juvenil. Las ruinas esperan en silencio cubiertas de maleza y los antiguos caminos se pierden en el espesor del pinar mientras se arreglan las pistas por las que todoterrenos y maquinaria pesada acceden cada día para su control, gestión y explotación.
Entre los años cuarenta y sesenta, La Bizkaia sufrió un proceso de despoblación y pasó a formar parte del patrimonio forestal del Gobierno de Navarra. En el valle se plantó un monocultivo de pino para suministrar de materia prima a la industria papelera y controlar las aguas en previsión de la construcción de un pantano que nunca llegó a término. La Bizkaia siempre fue un valle pobre y aislado. Lo accidentado del terreno hacía difícil la producción agrícola y las comunicaciones con el exterior. El hecho de que sus vecinas no tuvieran derechos de propiedad sobre las tierras que habitaban y trabajaban, facilitó la compra de los terrenos por parte de la Diputación Foral.
Hoy, La Bizkaia es una finca forestal que acoge un programa piloto de experimentación silvopastoril dirigido a la prevención de incendios en el monte mediterráneo. La plantación de pino, su densidad y extensión, ha dejado tras de sí un paisaje antrópico e irreconocible. Por él se mueven 270 jacas en estado de semilibertad. Una granja experimental con base en Sabaiza se encarga del mantenimiento y mejora genética de esta raza de caballos en peligro de extinción a cambio de su manejo y explotación cárnica. En Gardalain, un grupo de jóvenes está reconstruyendo y dando vida de nuevo al pueblo y al valle; mientras en Guetadar se celebran campamentos de verano en la antigua casa parroquial, hoy refugio juvenil. Las ruinas esperan en silencio cubiertas de maleza y los antiguos caminos se pierden en el espesor del pinar mientras se arreglan las pistas por las que todoterrenos y maquinaria pesada acceden cada día para su control, gestión y explotación.